martes, 23 de marzo de 2010

Todos en el mismo saco

Todas las causas del globo e historia, han padecido todo género de conflictos internos; es difícil encontrar frente al campo enemigo más contradicciones, que los que alimenta el género humano dentro su propia facción, grupo, cultura, entidad, nación y raza. De cualquier manera las partes interesadas en menoscabar los intereses de libertad del pueblo cubano, tratan de usar estos factores. ¿Cuál es la razón para que el caso que nos lleva y trae por estos días -el de la pareja de blogueros cuasi empalados por el castrato-, no sea obervado por los 70 prismas diferentes que cada quien desde su individualidad, grupo o interés, le parezca?



Un día, tras mi arresto y confinación política en la prisión kilo 7 en Camagüey, alguien desconocido se allegó a casa de mi madre, en la calle Napoleón Chapleau #41, a llevar sus rezos, aliento y un bistec para mí; quizás fue una de las noticias que me llegaban de la calle, que más me impresionó, porque en mi provincia se alberga el campo pretoriano más álgido del castrato; si es cierto que es una república anticastro fundada dentro de aquella que cobija la isla; en época del Grupo Criterio Alternativo de María E Cruz Varela en la capital, a mí me condenaron por la intención de fundar un CA-2. Aquella persona de los rezos, aliento y bistec, quizás se despidió de mi madre con la intención de volver a su vida, tras el placer de haber “hecho algo” en contra del sistema. Nunca supimos quién fue, aunque estoy convencido que para el castrato esa persona habría pasado a engrosar la única lista de “desafectos a la corona” que se ha ido alargando sin remedio.

¿A quién se le ocurre emigrar o exiliarse en europa, regresar a Cuba, fundarse como bloguero disidente, recibir premios internacionales, para seguir eximiéndose a sí mismo de la lista del pecado original?

Quizás el periodista Reinaldo Escobar calculó mal a pesar de tener a su favor a la prensa internacional y a los “rescatistas segurosos”, los que me faltaron a mí en las celdas camagüeyanas cada vez que el aluvión de punzones se desataba. Nadie se puede sacar a sí mismo de conflictos que atañen a la generalidad, en tiempos emergentes. No porque se empiece en la criticadera de baches y falta de huevos en la carnicería, se puede uno quedar olímpicamente en un status ajeno a lo que sufre el común de las personas. Una de las “regularidades históricas” inconmoviblemente cierta, que regresa por sus fueros sin importar qué, es el hecho de que cuando los poderes dictatoriales se sienten amenazados, no pueden darse el lujo de aplastar a un borracho como “Pánfilo O’jama” y dejar títeres con cabeza como los blogueros del caso.

¿Que existen en el exilio Los 4 Cabrones del Apocalipsis que planean libar en una Cuba libre del futuro? ¿Dígame usted cuál causa de la historia humana no ha sufrido esto? ¿Por qué el mundo reclama a los cubanos una limpieza blanquecina en su proceso de lucha? ¿Quién evita que del grupito recolector de medicinas “para la causa” que se creó la semana pasada en Hialeah, no salga un inteligente a tratar de venderlas por debajo del telón en Matanzas u Holguín? ¿Quién evita que existan grupos de influencia e intereses, que quieran crearse sus propios disidentes y partidos particulares dentro de Cuba? ¿Quién evita que existan aún los batistianos con sueños desvelados? ¿Quién evita que existan los hombres con decoro, que no planean hacerse de cargos y riquezas en una Cuba de futuro?

Si una persona responde o no, a grupos o intereses particulares, no puede decidirse en artículos como éste que escribo, eso es asunto de la historia; lo que trato de remarcar en estas breves líneas, es el hecho de que para la tiranía castro cubana, no hay diferencias de clase ni de escrúpulos a la hora de reprimir, a la hora de sacudirse el susto de perder el poder. Todos estamos en el mismo saco a la hora de la repartidera de palos, a no ser que medien favores particulares entre jefes de naciones y grandes intereses supranacionales; aunque fueren de forma temporal, en dependencia de coyunturas y estrategias a corto plazo.

Alertas, la suerte de hoy no es garantía de mañana, somos desgraciadamente en las más de las ocasiones, piezas de ajedrez.

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napoleon03.wordpress.com